Si algo nos está enseñando Top Chef son las técnicas de la alta cocina un pasito por encima de lo que nos pudo mostrar en su día Masterchef. El miércoles, sin ir más lejos, en su segundo programa, sorprendieron al público con los trampantojos, cuyo término viene del mundo del arte cuando en pintura se quiere simular un espacio inexistente a través del uso de una correcta perspectiva. En cocina podríamos denominar trampantojo a esas recetas que visualmente parecen una cosa cuando en realidad son otra. Unos espaguetis de apio simulados con tofu que parece carne picada, una cebolla que parece bacalao, o el conseguido huevo de poste presentado por Diego Guerrero que dejó a todos con la boca abierta.
Con las magdalenas saladas que un día cociné para mis amigos, me ocurrió un sentimiento parecido, no es un trampantojo en sí porque la magdalena estaba ahí, pero sí jugué con el engaño en los sabores, sustituyendo la nata del topping por queso crema y la fresa por una mermelada de tomate. Para rizar el rizo con algunas que me habían sobrado las coroné con unos espaguetis con mejillones que preparé para comer, estéticamente quedaban vistosas y por ello me animé a compartirlas en mi grupo de recetas de Facebook.
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